Nació en Osorno el 19 de enero de 1961. Este agricultor es hijo del destacado basquetbolista Egor Schell y de la descendiente española,
Isabel Rogie. Tiene una hermana mayor, Adriana. Casado hace 28 años con Verónica Delgado Gallardo, con quien tiene tres hijos: Esteban, Sebastián y Joaquín.
Estudió hasta primero medio en el Instituto Alemán para terminar la Enseñanza Media en el Liceo Eleuterio Ramírez de nuestra ciudad. Apenas sale del colegio vuela a Santiago a estudiar Técnico Mecánico en Inacap.
Estaba haciendo la práctica cuando por enfermedad de su papá, debe volver al sur a hacerse cargo del campo Llutreco, en el sector de Mulpulmo. Era 1984. Aunque amaba el
campo e intuía que finalmente iba a hacerse cargo de la tierra, no era su prioridad en ese momento y si bien le hubiese gustado terminar la carrera, las circunstancias lo encaminaron donde hoy está: viviendo desde que se casó, en la casa donde pasaba veranos y vacaciones de invierno, allí donde aprendió las labores agrícolas siguiendo a su padre. “Solo está a veinte minutos de Osorno, no vale la pena vivir en la ciudad teniendo tan cerca un lugar donde nuestros hijos pueden crecer tranquilos, nos turnábamos para
llevarlos al colegio y, por supuesto, a las fiestas y a sus actividades extra programáticas” dice con nostalgia.
Al principio, Verónica, secretaria de profesión, le ayudaba en la administración del campo, sin embargo, poco a poco se fue desligando de este trabajo y hoy se dedica a la técnica de plasmar en acrílico los paisajes de nuestro bello Sur.
Actualmente Eduardo, en 220 hectáreas, más algún predio en arriendo, tiene una lechería con 200 vacas Holstein, aunque desde hace dos años se ha ido diversificando con ganado
doble propósito.
Por muchos años, entregó su leche a una gran empresa láctea, hasta que se aburrió que lo tramitaran (por decirlo amablemente) y optó por entregar a una más pequeña y amigable. Cuando su padre muere, hereda no sólo la tierra y toda la responsabilidad que esto conlleva, sino también Cooprinsem.
¿Qué es Cooprinsem? “Es un orgullo para nuestra zona y me atrevo a decir para el país. Ejemplo de empresa, tiene a las personas idóneas en los puestos claves. Prácticamente todo lo compro allá. Creo que debemos cuidarla” dice con seguridad y firmeza. Piensa que el futuro de la agricultura, está al filo de la sustentación. Sabe que los grandes son los que ponen el precio y que mientras no tengamos políticas de Estado pro país, el trabajo, la producción agrícola estará siempre al vaivén de los extranjeros. Lo dice con un dejo de tristeza,pero sin perder esa pasión que sólo inspira la tierra a los hombres.